El 15 de noviembre del 2019 las fuerzas políticas chilenas lograron el histórico “Acuerdo
por la Paz Social y nueva Constitución”. Fueron más de 15 horas de intensas discusiones,
en pleno apogeo del estallido delictual que comenzó el fatídico 18 de octubre. Todos los
sectores políticos con representación parlamentaria (excepto el PC), suscribieron un pacto
“por el bien de Chile”. No olvidemos que uno de los firmantes fue Gabriel Boric.
En el convenio se concertaron los siguiente lineamientos:
Se convocaría a un plebiscito donde los ciudadanos elegirían entre una Convención Mixta o
una Convención Constitucional, posteriormente serían elegidos los miembros de la
Convención ganadora, que tendrían la misión de redactar una propuesta constitucional que
quedaría sometida a un plebiscito ratificatorio. En caso de que la propuesta fuera
rechazada, se mantendría la Constitución del 2005.Lamentablemente solo fue un lindo
documento.
El 04 de septiembre del 2022, los chilenos fuimos convocados a aprobar o rechazar la
propuesta de la Convención Constitucional. El rechazo alcanzó una mayoría aplastante,
62% vs 38%. No obstante, las élites políticas a espaldas de la ciudadanía y claramente
desconociendo el resultado del referéndum, decidieron comenzar un nuevo proceso
constitucional. Lo más lamentable es la traición de Chile Vamos, que en vez de defender la
decisión democrática se unió a la izquierda totalitaria, sellando una alianza con el Partido
Comunista. Al parecer Francisco Chahúan, Diego Schalper, Javier Macaya, Gloria Hutt ,
entre otros no entendieron que ¡Chile dijo No y punto!.